Hinchas rezan para ser campeones hoy.
La tensión sube en Barcelona. A falta de cinco días para el partido ante Olmedo, en el que podría haber vuelta olímpica, el entorno del equipo vive horas de ansiedad. Los “canarios” podrían ser campeones hoy, siempre que Emelec no gane su partido ante Deportivo Quito (19:00) en el estadio Olímpico Atahualpa.
Ayer, mientras los jugadores entrenaban en el interior del estadio Monumental, afuera los hinchas luchaban por comprar una entrada para el encuentro ante el “Ciclón”. En su exasperación exigieron mayor agilidad en la atención de venta de boletos. El lunes las entradas se comercializaron en Mall del Sol y Pollos a la brasa Barcelona; pero ayer solamente se las podía adquirir en las ventanillas del Monumental.
Mientras tanto, alrededor de las 10:30, en la cancha principal del escenario deportivo se registró un incidente entre Pablo Saucedo y Jorge Ladines. En primera instancia el lateral Christopher Suárez le hizo una falta al zaguero argentino-ecuatoriano, quien reaccionó y le propinó un golpe. Ladines intentó defender al juvenil y empujó a Saucedo.
Varios jugadores, entre ellos Máximo Banguera, Luis Caicedo, Geovanny Nazareno y Juan Carlos Ferreyra, tranquilizaron inmediatamente a sus compañeros. En la confusión Saucedo le dio una patada a Ladines. Hubo insultos y gritos entre ellos. De su parte Michael Arroyo pidió a los camarógrafos que no registraran el incidente, pero su petición no tuvo acogida.
De inmediato el grupo de jugadores que practicaban fútbol (los titulares solo trotaban alrededor de la cancha) ingresaron al camerino, incluido Saucedo. Ladines se quedó en el centro del campo, sentado sobre una hielera.
Matías Oyola se le acercó brevemente para conversar, al igual que Roosevelt Oyola. “Sucedió algo con Saucedo en el entrenamiento por la ansiedad que vivimos todos acá en Barcelona, pero ya pasó”, dijo brevemente Ladines al término de la práctica. De su parte Saucedo salió del estadio sin dar declaraciones.
Eran las 11:30 y el sol afectaba a quienes estaban afuera del túnel esperando a los jugadores para tomarse una foto con ellos, así como a los que pugnaban por llegar a las ventanillas del estadio para conseguir una entrada. Ya con los jugadores fuera de acción, la atención se centró en la avenida Barcelona. Miles de personas acudieron desde la madrugada para comprar una entrada.
Al mediodía miembros de la Policía Nacional anunciaron que los boletos se agotaron. No era oficial, por eso los aficionados siguieron encolumnados por más tiempo, mientras coreaban canciones del “Ídolo” hasta que llegue su turno de comprar. Pero la espera fue en vano. A las 12:30 los gendarmes oficializaron la noticia de que ya no había boletos y que la taquilla total ya había sido vendida.
De inmediato hubo insultos, reclamos y empujones. La inconformidad de los aficionados se transformó en frustración, especialmente en aquellos que estuvieron desde la madrugada, como el caso de Carlos Luis Sandoval. “Yo estoy aquí desde las 03:00 para comprar un palco. En primera instancia me dijeron que espere, que solo estaban vendiendo preferencias, y ahora dicen que ya no hay para ninguna localidad. Todos los boletos los tienen los revendedores”, dijo, molesto, el hincha.
De a poco los aficionados fueron dejando las instalaciones del estadio. Hubo incidentes, pero no pasaron a mayores. “Señores, por favor, despejen, luego no serán sacados con palabras, sino con gases y tolete”, les decía un policía a los iracundos hinchas.
Fuente: El Telégrafo
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