El Olmedo de ahora es otro. Es más organizado, juega mejor, sus futbolistas tienen más ambiciones, los hinchas se sienten felices... Esa es la sensación que se tiene en Riobamba, sede del club. Esto se evidencia porque el club se recuperó en la tabla de posiciones. Antes era último, hoy está entre los punteros. Ese repunte futbolístico y administrativo se inició el 6 de junio. La madrugada de ese día la lista Todos somos Olmedo, encabezada por Luis Aimacaña, ganó las elecciones.
Antes de eso había una crisis institucional, iniciada el 16 de mayo, con disputa de directivos y aficionados. Esa etapa terminó con la llegada de Aimacaña, quien anunció los cambios en el Municipio de Riobamba. Allí, unos 300 seguidores del Olmedo aplaudieron y corearon el nombre del equipo. El que estuvo en desacuerdo fue Marcelo Pérez, presidente destituido. Él desconoció la elección. Este era parte del grupo que presidió al equipo, Eduardo Granizo. La primera gestión que realizó Aimacaña fue conversar con los jugadores y el cuerpo técnico encargado. “Vamos a pagarles de los meses adeudados. La única condición es salvar la categoría”, dijo. A esas promesas se sumaron las contrataciones de jugadores y del DT Óscar Pacheco. El primero en llegar al ‘Ciclón de los Andes’ fue el golero Robinson Sánchez. Después, la dirigencia contrató a Giancarlo Ramos, Marco Quiñónez, Fausto Gavilanes y ratificó al guardameta Juan Molina. Se reforzó con los argentinos Fernando Sanjurjo, Gonzalo Garavano y el uruguayo Sergio Souza. José Aldaz, gerente deportivo, señala que antes de ganar las elecciones ya tenían un equipo administrativo.
También refinanciaron el presupuesto del club con USD 600 000. “La anterior administración no entregó las cuentas que teníamos que pagar. Tampoco un informe detallado de las propiedades del club”. El complejo Batán tuvo que ser ocupado por la Policía y un notario de la ciudad. En la infraestructura se readecuaron las oficinas de Presidencia, Gerencia y Contabilidad. Sobre una vitrina de cristal, en el ingreso principal, se ubicaron los 120 trofeos, placas, reconocimientos y banderines de las participaciones internacionales del club.
El trofeo logrado en el 2000 ocupa la vitrina central. Jorge Guevara, gerente administrativo, elogia las comodidades que han dado a los jugadores para entrenarse. Mejoraron el complejo y en enero del próximo año finalizarán e inaugurarán la residencia deportiva. “El ánimo de los jugadores en la cancha es distinto. En cada partido hay entrega y amor por la camiseta”, dice Juan Rosales, presidente de la barra La Campana. De los 33 cotejos disputados este año, el plantel ganó nueve, empató cinco y perdió 19. Está undécimo en la tabla acumulada. El DT Pacheco admite que ahora los jugadores se entregan más, Él recuerda que cuando arribó en mayo los futbolistas estaban desmotivados porque no les pagaban dos meses de sueldo.
Fuente: El Comercio
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